El libro, un fetiche.

Que el saber no ocupa lugar es un dicho que, a día de hoy, es falso. Hoy en día donde los pisos son estudios y donde los estudios son zulos, el espacio físico es un bien limitado.

Cuánto espacio nos ocupan estos libros. Bibliotecas, hogares con estanterías repletas de libros polvorientos que se agolpan en cada una de sus baldas.

Por otro lado, se acabó el dejarte la espalda en la infancia cargado con montañas de libros, se acabó el humedecer el dedo para pasar la página, demos la bienvenida al nuevo formato de libro, el “libro electrónico”. Cientos de libros reducidos al tamaño de un folio y al grosor de unos pocos milímetros, el libro se renueva y es un paso lógico.

Ya ocurrió con la música, pasando del vinilo, al compact disc y posteriormente al formato mp3, o con el video, dejando atrás el vhs, el beta, o el mismo dvd. Ahora es tu momento libro.

Lectores electrónicos, de gran capacidad en los que descargar libros, nos serán tan cotidianos como el reproductor mp3 en su momento, ya que la comodidad a la hora de transportarlo es enorme, así como su capacidad de almacenamiento.

Grandes empresas están apostando por esta tecnología, hasta el punto de que a día de hoy hay varios modelos en el mercado, solo falta rematarlos, hacerlos más cómodos y fáciles de usar, y sobre todo hacer ver al consumidor las ventajas de este formato.

A día de hoy es indudable la funcionalidad que estos lectores pueden desempeñar, pero cuidado, con el libro electrónico se abre un mundo de oportunidades de piratería que hay que saber llevar.

Amigos libros, ha llegado vuestra hora.